El sarro al que también se denomina cálculo dental o tártaro está compuesto por una parte orgánica y otra inorgánica donde predominan el calcio y el fósforo.
Las causas por las que se produce son por una mezcla de restos de alimentos, sales minerales y millones de bacterias que gradualmente se adhieren a la superficie de los dientes por falta de un cepillado adecuado. Las zonas donde se acumula con mayor frecuencia suelen ser las caras internas de los dientes antero-inferiores, el surco gingival y las zonas cercanas a la salida de las glándulas salivales.
Cuando la placa bacteriana no es eliminada de la superficie de los dientes en menos de 24h, ésta se endurece y se vuelve sarro, sustancia mucho más nociva que la placa. Cuando esto ocurre, la única forma de eliminarlo es por medio de una tartrectomía ( limpieza) que realiza el higienista dental. Este procedimiento es totalmente indoloro y se realiza en una sola consulta normalmente. Según su localización, podemos distinguir entre el sarro supragingival ( amarillo) cuando se encuentra por encima de la encía, y el infragingival o subgingival ( marrón) cuando se encuentra por debajo de la encía.
El sarro es uno de los problemas que con mayor frecuencia ataca a tus dientes. Además de un problema estético, puede llegar a convertirse en un serio problema para tu salud, pues si no eliminas la placa diaria correctamente puedes sufrir consecuencias tales como:
Prevenir el sarro es muy fácil: