Aproximadamente uno de cada 2.000 bebés nace con dientes natales, así que a veces la primer cita con el dentista es sólo unos pocos días después del nacimiento. Los dientes natales suelen crecer en las encías inferiores y tienden a tener raíces débiles y muchas veces se extraen para evitar problemas con la lactancia materna y la ingestión accidental. Nacer con los dientes puede ser un síntoma de ciertas condiciones médicas, pero por lo general es inofensivo. Dos personajes famosos que nacieron con dientes fueron Napoleón y Julio César.
A los 3 años, el niño promedio tiene un juego completo de 20 dientes temporales. Estos pequeños dientecillos se aflojan y finalmente se caen para que salgan los dientes permanentes inferiores. Los niños suelen empezar a perder los dientes alrededor de los 5 o 6 años y terminan en la adolescencia. Pero si una persona no tiene un diente de reemplazo permanente, el diente de leche se quedará donde está.
El médico romano Escribonius Largus hizo grandes aportaciones a la higiene dental del siglo I de nuestra era. En ese momento se usaba orina humana para limpiar los dientes gracias a las propiedades blanqueadoras provenientes del amoniaco que contiene.
La fórmula original de la pasta dentífrica contenía una mezcla de vinagre, miel, sal y cristal machacado.
Se han encontrado datos de que hace unos 4000 años, en Egipto antiguo, la realeza utilizaba para limpiarse los dientes una sustancia llamada ‘clister’, elaborada con piedra pómez pulverizada, sal, pimienta, aguas, uñas de buey, cáscara de huevo y mirra.
El cepillo de dientes tal y como lo conocemos hoy lo inventaron los chinos hace 1500 años. Anteriormente, los árabes usaban ramitas de areca y planta de palma, cuya nuez era excelente dentífrico.
El cepillo de dientes que hoy conocemos fue inventado en el siglo XVII y desde entonces pocas modificaciones ha sufrido. En la Corte francesa se utilizaba un cepillo de dientes elaborado con crines de caballo o de otros animales, otros usaban una pluma rígida de ave.
En nuestro siglo, una de las innovaciones fue el ‘cepillo mágico’ del Dr. West, en 1938. Elaborado de púas de seda.