El embarazo es un momento en el que deberás cuidar de forma especial tanto tus dientes como tus encías. Los problemas bucodentales durante este periodo son algo más comunes y, es probable, que tanto las encías como los dientes se vean afectados. Es normal que cuando te cepilles los dientes o uses la seda dental te sangren las encías, que tengas dificultades a la hora de eliminar el mal aliento o mal sabor de boca y que tus encías estén más sensibles, hinchadas y de color rojizo. Es la llamada gingivitis, inflamación de las encías que afecta a cerca del 50% de las mujeres embarazadas.
Estos cambios que se producen son debidos a las siguientes causas:
Si la gingivitis de la que hemos hablado no es tratada convenientemente, podría progresar hasta convertirse en una enfermedad periodontal. También conocida como enfermedad de las encías, la misma causa una infección realmente muy severa en las mismas, la cual puede llegar a destruir los huesos y las fibras que ayudan a que tus dientes se mantengan fijos en su lugar. La enfermedad periodontal puede llegar a causar algunos efectos colaterales sumamente desagradables, entre los que se incluyen: sangrado de las encías, pérdida de dientes y desarrollo de infecciones. En caso de desarrollarla, debe ser cuidadosamente tratada y controlada durante el embarazo. Los incrementos en el riesgo de experimentar trabajo de parto pretérmino y de dar a luz un bebé de muy bajo peso están asociados con la enfermedad periodontal. Las infecciones en las encías o en la boca pueden llegar a esparcirse por todo su organismo, incrementando el riesgo de padecer complicaciones durante el embarazo, como por ejemplo: abortos espontáneos.