Todos los días apetece tomar un refresco a cualquier hora y en casi cualquier situación.
Los refrescos, que antes se bebían sólo en ocasiones señaladas, se van introduciendo poco a poco en nuestra dieta diaria. De cualquier marca, sabor, tamaño, todos los refrescos contienen azúcar, y mucha. Y todos ellos pueden alterar gravemente la salud de su boca.
Se ha descubierto que los refrescos son la causa dietética más importante de caries en personas de todas las edades. Los ácidos derivados de los azúcares contenidos en los refrescos reblandecen el esmalte de los dientes, lo que contribuye a la formación de las caries.
También hay refrescos sin azúcar, pero estos sólo constituyen el 14% del consumo total de refrescos. Hacen menos daño, aún así, siguen conteniendo ácidos y también pueden causar problemas.
Cada vez se beben más, en Estados Unidos, el consumo de refrescos ha aumentado enormemente en todos los grupos demográficos, y especialmente entre los niños y los adolescentes. El problema es tan grave que las autoridades sanitarias, como la Academia Americana de Pediatría, han empezado a dar la alarma sobre los peligros que conllevan.
Reducir el número de refrescos consumidos y aprovechar los tratamientos dentales existentes es bueno para todo el mundo, niños, adolescentes y adultos. Aquí tiene algunas medidas que se pueden tomar:
Los refrescos no refrescan los dientes, los estropean. Si reduce la cantidad de refrescos que consume, practica una buena higiene oral y acude a su dentista o higienista, puede compensar el efecto de los refrescos y disfrutar de una buena salud bucal.