Preocupado de un modo sano,
un odontólogo como es natural,
conversa con su amigo, el piano
que es su paciente musical.
Señor de boca grande
con tantas cuerdas vocales
el sonido en ti se expande
con las notas musicales.
Tu melodiosa garganta
hermosas notas entrega,
con tu dentadura blanca,
con tu dentadura negra.
La suavidad de la pluma
y la fuerza de un ciclón
son las notas que una a una
nos da tu instrumentación.
Tu elegancia es un acierto
pues siempre vistes de moda,
y asistes a los conciertos
vistiendo saco de cola.
Nunca has usado crema dental
porque te cepillan con los dedos
y al parecer tu higiene bucal
no te ha causado complejo.
Tal vez, amigo, por estar preocupado
produciendo tantas melodías
algunos dientes se te han cariado
porque no has ido a odontología.
Ya ni vayas a la consulta
pues ya estamos acostumbrados,
de ver tu sonrisa confusa…
con unos dientes blanco y otros
cariados.
José Díaz Valero