La edad aproximada a la que se produce la caída de las muelas de leche oscila entre los diez y los once años aproximadamente. Hay niños que pueden perder las muelas temporales bien antes de esta edad o bien después, todo ello dependerá de su cronología de erupción dental, así como la presencia de alguna patología que lleve a la pérdida prematura de estas piezas.
De forma natural, la caída de la muela de leche se producirá cuando ésta se haya quedado sin raíces. Este proceso se produce debido al efecto de empuje que tiene el premolar (pieza definitiva que viene por debajo) y que va provocando una reabsorción de las raíces de la muela de leche. A lo largo de este proceso, el diente de leche comienza a moverse hasta que finalmente se cae. Es recomendable que el niño no fuerce dicho movimiento, ya que muchas veces desde que se inicia el movimiento hasta que se cae puede pasar mucho tiempo.
En numerosas ocasiones, cuando la muela de leche ya no tiene raíces, se mantiene a modo de “cascarón” encima del premolar definitivo y cuando el niño mastica, provoca que la muela de leche presione al premolar y el niño/a siente dolor. Ante esta situación se recomienda acudir al odontopediatra que valorará si es el momento de la caída de esa muela de leche y en muchas ocasiones optará por la extracción de la misma. Es una extracción sencilla, ya que por norma general estas muelas que están a punto de caerse apenas tienen sujeción y se va a requerir poca anestesia para dicho procedimiento.
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