La función principal del chupete es la de satisfacer la necesidad que tienen los bebés de succionar. La succión juega un papel muy importante en el desarrollo y crecimiento de la mandíbula. El bebé al nacer presenta una mandíbula que ocupa una posición retrasada de forma fisiológica. Dicha posición mandibular es resultado de la propia evolución, debido al estrechamiento que sufrió el canal del parto femenino cuando el ser humano pasó a tener una posición erguida a la hora de caminar. Para facilitar la salida del feto durante el parto, la mandíbula pasó a ocupar dicha posición retrasada.
La succión favorece el crecimiento mandibular hacia abajo y hacia delante. La naturaleza ofrece el mejor mecanismo de succión que es la lactancia materna. Sin embargo, dichas necesidades de succión del bebé muchas veces no se ven satisfechas y los chupetes juegan un papel importante ante dicha situación. El movimiento de succión correcto mueve la lengua de atrás hacia delante y la saliva hacia dentro de la cavidad oral. Éste tipo de movimiento se consigue con los chupetes anatómicos, que están adaptados al paladar del bebé y además el bebé tiene que succionar y cansar la musculatura para evitar que se le caiga. Normalmente, el niño que succiona de forma correcta usa el chupete para quedarse dormido y una vez que la musculatura se cansa dejan de usarlo el resto de la noche. Éste tipo de chupete suele ser rechazado por muchos niños.
En el mercado, disponemos de los chupetes redondos. Éste tipo de chupetes puede ser proyectado hacia fuera de la boca sin llegar a caerse. Son más cómodos que los ergonómicos, siendo sustituido el movimiento de succión por el de “lamer”, pasando la lengua a ocupar una posición más baja en la boca que puede llegar a provocar una distorsión en la futura mordida del bebé. Además presentan tamaño único y no se encuentran adaptados al paladar de cada niño. Por norma general, son menos rechazados por el bebé.
Igualmente también es importante la forma del arco que rodea a la tetina del chupete, ya que han de tener una forma cóncava hacia dentro de manera que quede encajado contra los labios en el momento de succión. Un arco plano o redondo puede provocar una posición anómala de los labios.