La vista de la sangre asusta a los niños, así, cuando el sangrado se produce después de la caída de un diente, también puede provocar pánico; sin embargo, debes saber que el sangrado es normal cuando un diente de leche se cae, mientras sea mínimo.
Lo primero que hay que hacer es tranquilizar al niño. Seguidamente, aplicar presión durante algunos minutos con un paño limpio o gasa en la zona afectada. Si ésta aún sangra, repite el mismo procedimiento. El sangrado se detendrá después de eso. Pero si continúa, entonces hay que acudir con un profesional.
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